El Plan Internacional de Evaluación de las Tecnologías de Tratamiento de Agua Doméstica, de la Organización Mundial de la Salud (2020), busca garantizar el uso de productos para el tratamiento de agua que protejan a los usuarios de patógenos causantes de enfermedades diarreicas, así como la implementación de la normativa correspondiente para su uso sistemático y correcto. La exposición a microbios transmitidos por el agua puede causar efectos agudos, crónicos o fatales, lo que resulta en grandes costos de tratamiento asociados. Verhougstraete et al. (2020) afirman que la ingesta de agua contaminada con microorganismos puede provocar un riesgo inmediato de enfermedad; a diferencia de los contaminantes químicos, que generalmente requieren mayor tiempo de exposición para que se evidencie un efecto adverso de importancia.