El lavado de activos y la trata de personas son delitos interrelacionados que comparten un entramado complejo de actividades ilícitas. El lavado de activos implica el proceso de ocultar el origen ilícito de bienes o dinero, permitiendo que estos ingresen al sistema financiero como si fueran legítimos. Este proceso es crucial para los delincuentes, ya que les permite disfrutar de las ganancias obtenidas de actividades ilegales sin le-vantar sospechas.