Al investigar debemos garantizar la protección de los derechos de los participantes y velar por la validez científica y la justificación ética y social de los proyectos de investigación.
Un requisito ético en investigación es reducir al mínimo la posibilidad de explotación de los investigados, deben ser tratados con respeto al contribuir al bien social. Algunos han denominado “brecha 10/90” porque sólo 10% del financiamiento de la investigación en el mundo se invierte en problemas de salud que afectan al 90% de la población del planeta, es decir el 90% de los esfuerzos y recursos destinados a la investigación biomédica se destinan a problemas que afectan sólo el 10% de las prioridades en salud pública a nivel global (Pinto Bustamante et al., 2014). Ante este comportamiento de la investigación hay diversas alternativas que se han propuesto para corregir esta desigualdad, así tenemos que priorizar las líneas de investigación, tener acceso a medicamentos esenciales en términos de equidad y la estrategia de investigación basada en la comunidad.
El objetivo principal de la Investigación clínica es generar conocimiento para mejorar la salud y el bienestar y/o aumentar la comprensión de la biología humana. Los sujetos participantes son un medio para asegurar tal conocimiento. Asimismo, hay un potencial de explotación que pone a sujetos en riesgo de ser perjudicados por el bien de otros.