Las lesiones musculares traumáticas pueden acompañar a las lesiones esqueléticas, situaciones en las que el músculo pierde protagonismo ante el compromiso del hueso y de la articulación.
Es en la práctica deportiva cuando las lesiones musculares tienen el rol principal.
Los deportes más relacionados en nuestro medio son el fútbol, rugby, hockey, básquet y vóley, aunque pueden presentarse en todos. Generalmente los grupos musculares involucrados corresponden al miembro inferior, estadísticamente los isquiosurales, seguidos por los aductores, el cuádriceps y los gemelos. El mecanismo de lesión puede ser directo o indirecto.
La lesión muscular depende de varios factores, desde la calidad del tejido, el estado físico del deportista, el nivel de entrenamiento y del medio ambiente. En los deportes de contacto o con posibilidad de salto y caída, intervienen además factores y traumas inherentes a la competencia.
Las tendinopatías se incrementan a partir de la tercera década de la vida a consecuencia de cambios en la elasticidad y en el colágeno.
Enfermedades metabólicas, inflamatorias como la AR, psoriasis, enfermedad de Reiter, uso de esteroides e ingesta de medicamentos como estatinas, pueden aumentar el riesgo de desarrollar una tendinopatía.
Habitualmente el mecanismo de producción es por microtraumas o estímulos de sobrecarga.
En este capítulo desarrollaremos las lesiones más frecuentes. Consideraremos algunas características de los músculos y tendones, las miopatías traumáticas, y por último las lesiones tendinosas.