A partir de la guerra en Ucrania pero ya insinuándose desde antes de 2022, se abrió un fuerte debate académico tanto en la academia occidental pero también la euroasiática, respecto a la relación crecientemente vigorosa entre Beijing y Moscú. Si bien el núcleo de dicho vínculo es el cuestionamiento al unipolarismo norteamericano, podrían existir otras razones que expliquen la cercanía. Sin embargo, habría que indagar con mayor profundidad esa convergencia, dado que en las últimas décadas, chinos y rusos pasaron por etapas muy diferentes y hasta contrastantes: por ejemplo, en tiempos más ideologizados como en 1969, estuvieron a punto de ir a una guerra. Por ello, este “paper” intenta explorar la naturaleza de la relación pero buceando en la mirada de las corrientes identitarias, al menos, rusas: cómo se ve desde Moscú, a China, qué lugar ocupa, para liberales, eurasianistas y putinistas, aquella civilización que asoma con rivalizar con Estados Unidos por la supremacía mundial y cómo se ve la propia Federación Rusa en dicha tríada. Un capítulo especial del análisis, lo cubrirá ciertamente la participación de ambos Estados en el BRICS.