Las indagaciones aquí presentadas forman parte de un trabajo descriptivo y exploratorio realizado en el marco de la tarea investigativa de integrantes del equipo docente. En este sentido, las mismas no revisten un carácter exhaustivo sino que intentan ser una aproximación preliminar a algunas de las dimensiones implicadas en el análisis de las prácticas sociales que involucran el ejercicio profesional de los Trabajadores Sociales.
El Trabajo Social atraviesa histórica y cíclicamente la preocupación por su especificidad y a nuestro juicio, hay dos debates recurrentes que lo reflejan: el referido a las incumbencias y el de rol profesional; ambos abordados en el desarrollo de la investigación y recreados parcialmente en este capítulo.
El esfuerzo de repensar cuestiones no saldadas por el colectivo profesional, que se nos presentan como viejas preocupaciones acerca del Trabajo Social indisociablemente inscripto en el movimiento dialéctico de la sociedad, nos conduce a interrogar las formas que adquieren las prácticas y los postulados teórico-epistemológicos y metodológicos que las orientan. Interrogación que lleva a reconocer de partida dos cuestiones: la potencia de los discursos institucionales prescriptivos, que limitan el quehacer profesional y condicionan con relativo poder el alcance de las intervenciones; y la existencia de formas heterogéneas de apropiación de esos discursos que habilitan la posibilidad de producir prácticas emancipatorias.
Así entonces, podemos aceptar que el ejercicio profesional es constantemente tensionado por la lógica reproductiva o conjuntista identitaria que tiende a generar tutelas; y por la lógica magmática que permite crear y sostener intervenciones lúcidas, con un horizonte de autonomía social e individual (Castoriadis, 1993). Es justamente a partir de estas preocupaciones que entendemos necesario reflexionar en torno de las incumbencias y los roles, frecuentemente definidos para el Trabajo Social, tal como lo hacemos en los apartados siguientes.