Hemos realizado el estudio de quince enfermas internadas en la sala IV del Hospital San Juan de Dios y seguido sus evoluciones en el tratamiento con isoniacida durante lapsos que oscilan entre quince y treinta y seis semanas, habiendo encontrado los siguientes resultados:
Evidente acción benéfica sobre el estado general y psiquismo de todas las enfermas
Medianos descensos de temperatura. Mejorías de la tos y expectoración en la mayoría de nuestros casos tratados.
Aumento del apetito en todos los casos en que se presentaba disminuido y en algunos de los que lo presentaban conservado.
Aumento de peso corporal en la totalidad de los casos. Descenso de los índices de sedimentación en casi las dos terceras partes de los enfermos.
Disminución de los umbrales cutáneos a la tuberculina en el 86% de los casos y gran cantidad de enérgicos el finalizar el tratamiento.
Mediana mejoría sobre la baciloscopia. Regulares mejorías radiológicas globales y sobre cavernas.
Nosotros creemos que estamos en presencia de una nueva arma contra la tuberculosis que bien esgrimida resultará muy útil para la lucha contra este mal, pero sin llegar a ser la droga maravillosa que creíamos tener a través de las primeras publicaciones. La isonincida nos desplaza a los anteriores elementos terapéuticos que poseíamos sino que es un elemento más que tal vez al asociarse a aquellos nos brinde mejores resultados.
Notas
Material digitalizado en SEDICI en colaboración con la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Médicas (UNLP).
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