Al hacer una lectura de los textos freudianos rastreando el concepto de fantasía, encontramos distintas conceptualizaciones, por momentos incluso contradictorias o confusas.
Se pueden establecer algunos problemas conceptuales en torno a este término, aunque desde luego no todos serán abordados en este capítulo, quedando algunos para la investigación del lector interesado.
A partir de la lectura de algunos pasajes en particular de La interpretación de los sueños y de la 23ª Conferencia: “Las vías de formación de síntomas”, encontramos que Freud utiliza las expresiones “sueño diurno” y “fantasía” de manera ambigua: en algunos pasajes las diferencia diciendo que el primero es conciente y la segunda inconciente, y en otros dice que también puede haber sueños diurnos inconcientes, anulando dicha diferencia. Cabe preguntarse entonces: ¿La diferencia de nomenclatura hace referencia a la constitución de la fantasía, y en ese caso habría distintos modos de constitución de la fantasía según sea conciente o inconsciente; o al lugar tópico que puede estar ocupando una fantasía en distintos momentos? ¿Todas las fantasías inconcientes (con excepción de las fantasías originarias) fueron alguna vez concientes y han sido reprimidas? De aquí se desprende el primer problema:
Los tipos de fantasía: concientes e inconcientes. El problema sería saber si lo único que las diferencia es su cualidad de conciente o no, o si su diferencia más bien responde a su constitución.