Para comprender el carácter específico de la noción de substancia en la modernidad resulta necesario referirse a las fuentes de este concepto en la antigüedad, en particular a la filosofía aristotélica. Aristóteles utiliza el término ousía (ούσία), o más estrictamente ousía primera, término que luego fue traducido por los romanos como substancia, para dar respuesta a cuestiones que se plantean desde los primeros filósofos griegos.