Comprender la arquitectura y sus problemáticas supone una visión que debe integrar lo específico de la disciplina y lo que trasciende a la misma, es decir, pensar la producción arquitectónica como parte de la civilización en la que se desarrolla y de la cultura que le otorga sentido.
Sin embargo, en los ámbitos académicos son frecuentes los abordajes que la fraccionan en sus dimensiones formales, funcionales o técnicas. Comúnmente, se proyecta, por una parte, y se estudia, se reflexiona sobre el diseño, o se teoriza, por otra. Esta observación resulta necesaria de considerar tanto al momento de pensar sus formas de aprendizaje y su enseñanza en forma global, como de encarar cada una de las asignaturas que integran los planes de estudio, en particular.