La caracterización del gobierno de Arturo Illia como autonomista se muestra dificultosa. Esto puede obedecer a dos motivos: o la determinación es producto de la inestabilidad o de los modelos utilizados en el análisis de las políticas exteriores son insuficientes para resolver el dilema. Por ello, nuestra motivación a la hora de analizar la cuestión de la autonomía se relaciona tanto con sus aspectos teóricos como con los prácticos al mismo tiempo. Casi como una advertencia, nuestra interrogación inicial pone de manifiesto cierta ambigüedad del concepto.