El acodo es un método de propagación asexual mediante el cual se provoca la formación de raíces adventicias en un tallo que se encuentra adherido a la planta madre (PM). Puede ser natural en algunas plantas frutales como la frambuesa, zarzamora y en ornamentales como la vinca, el clorofito, etc. O puede realizarse con técnicas artificiales para multiplicar árboles o arbustos, como en laurel, avellano, vid muscadina (Vitis rotundifolia), mango, litchi, crotón, caucho, Difenbaquia spp., Magnolia spp., etc.
El término “Acodo” se relaciona con el verbo acodar: curvar algo en forma de codo. En botánica y en agronomía se alude a doblar un tallo o vástago de una planta por debajo de la superficie de modo que forme raíces en ese punto, dejando por fuera su extremidad superior.
Una vez el tallo acodado ha enraizado, se separa del ortet*26 para dar lugar al ramet* que puede crecer autónomamente sobre sus propias raíces. En la jerga viverística este proceso de separar el ramet (nuevas plantas) del ortet (planta madre), se lo denomina "destete". La operación puede repetirse tanto sobre el ortet como sobre el ramet y de esta manera dar lugar a divisiones subsecuentes que permiten formar un jardín clonal para nuevas multiplicaciones.