Julieta nació en Argentina y al poco tiempo partió al exilio junto a sus padres. Fue un exilio con varios países de acogida, y varias despedidas. En 1980, con el reconocimiento de ACNUR de su carácter de exiliados políticos, son recibidos en Suecia. La obra que nos comparte, Maskrosor, es un audiovisual breve que recupera fragmentos filmados de su infancia en ese país, en la ciudad de Lud. Flores, volteretas, el barrio de Kämnärsvägen, Norra Fäladen, su rostro que sonríe, que habla a cámara. El material de archivo, una filmación casera en Super 8, es hilada por una melodía nostálgica: "¿Sabe alguien en dónde estuvo escondida tanto tiempo la sonrisa que revuela por los labios de una niña? Sí, entre los mil pétalos de “Maskrosor”, dentro de mí". Julieta recupera un pedacito de esa travesía que pone en foco momentos felices. Pero, aclara, que incluso el retorno a Argentina, los primeros tiempos, fueron para ella una continuidad del exilio.