A propósito de La ejecución (1975) y Max Frisch (1981), dos films del suizo Richard Dindo -Zurich, 1944-, Joris Ivens dijo que le recordaban las fugas de Bach. Lo que Ivens parecía poner de relieve con esa afirmación era el marcado carácter musical de los films de Dindo, un cine en el que las diferentes voces constituyen lo relevante de esa musicalidad.