De tanto en tanto una controversia de antigua memoria suele movilizar y perturbar a través del tiempo la comprensión de lo estético. Se trata del antagonismo entre un concepto del arte concebido racionalmente y otro que es ajeno a la razón y se le contrapone como factor extralógico de imprecisa clasificación. Si por un lado detectamos una noción comunicable, referida a habilidades técnicas y conocimientos, adecuada a reglas que pueden enseñarse y aprenderse, desde un ángulo diferente surge una experiencia no explicable e interpretable intelectualmente, apta para la introducción de algo ignoto e inconmensurable.
A través de claves muy diferenciadas se tendrán presentes, en tiempos diversos, algunos aspectos de tal contraposición.