A finales de los años 60 el arte platense había participado de las revueltas y transformaciones producidas alrededor del Instituto Di Tella, a través del Museo de Arte Moderno (MAN) y el Museo Provincial de Bellas Artes, y se encontró envuelto, por la acción de Edgardo A. Vigo y el Movimiento Diagonal Cero, en los avatares del Centro de Arte y Comunicación (CAYC) y el arte de sistemas. Los años 60 hacen explotar el estatuto tradicional de la obra de arte, su sentido material y estético; se generan nuevos comportamientos y se expanden las relaciones entre arte, vida, compromiso, libertad, acción política y acción estética autónoma. La vida se pone en jaque y la cultura juvenil y la contracultura invaden todos los terrenos.