Las estructuras resistentes a las que haremos referencia en el presente artículo, son la parte de las construcciones de la ingeniería civil encargadas de transmitir cargas, de trasladarlas de su particular ubicación en el espacio al terreno natural. En estas condiciones, algunas estructuras resistentes están a la vista del público en su carácter de tales, es decir, como estructuras en sí y no como partes de obras de mayor presencia o impacto visual.Este segundo caso se presenta cuando la estructura forma parte, de manera inescindible, de un emprendimiento mayor que la integra y la contiene, en general una obra de arquitectura, con lo que la cuestión de su estética pasa a ser un problema esencialmente arquitectónico. Tampoco tiene mucho sentido hablar de estética estructural cuando existen elementos que ocultan la estructura, sean estos naturales o artificiales, como ocurre con las estructuras de fundación o con las construidas bajo aguas no accesibles a la vista humana.
En las siguientes consideraciones sólo haremos referencia a las estructuras resistentes que permanecen a la vista del público en su carácter de tales, como es el caso de puentes, muelles, torres y diques.
Las estructuras de este último tipo se conciben, proyectan y construyen con un fin específico, es decir, que llevan ínsita una finalidad utilitaria, pero, por el sólo hecho de ser visibles, no deben ser desagradables, no deben molestar en ningún sentido al observador. Quedan así planteados los dos temas esenciales de las presentes consideraciones:
¿quién es el observador? y ¿cómo se puede saber si una estructura es o no agradable para él?