La complejidad de las realizaciones artísticas actuales y el consecuente desdibujamiento de los límites de la noción tradicional del arte constituyen un ámbito movilizador para la reflexión estética. La aceleración en el planteamiento de los problemas y de las respuestas presentes en las obras estéticamente producidas, obligan a revisar las posiciones teóricas y, fundamentalmente, exigen la explicitación y justificación de los distintos abordajes.
El pensamiento contemporáneo acerca del fenómeno artístico se nutre -como viene haciéndolo desde comienzos de este siglo- de los aportes procedentes de las distintas ciencias humanas. La Estética, por su parte, ha hecho evidente la necesidad de rever -conceptual y metodológicamente- esquemas de pensamiento que se tuvieron por largo tiempo como inamovibles