La compleja naturaleza de los procesos de negocio (PN) ha generado propuestas y estudios referentes a distintos aspectos de estos procesos, como por ejemplo la utilidad [1], evaluación de la calidad [2] o la medición [3]. En este contexto, son frecuentes los estudios referentes a la utilización de diferentes herramientas y lenguajes para modelar PN [4, 5]. La motivación principal para investigar en esta área, es la variedad de notaciones y lenguajes de modelado, definición y ejecución de PN existentes, y la necesidad de tener modelos de PN de alta calidad.
El desarrollo de modelos conceptuales constituye una parte del esfuerzo de definición de PN. Es una tarea clave en las primeras etapas del ciclo de vida de estos procesos. Ellos son utilizados como medios entender fácilmente los procesos que dichos modelos representan. Además, son empleados como punto de partida ante cambios y adaptaciones de los procesos a las nuevas necesidades de las empresas. Por ello, es un factor primordial que estos modelos sean de alta calidad, en cuanto a su mantenibilidad.
Por ello, tener métodos para medir la calidad de dichos modelos es de gran ayuda para las organizaciones respecto a la administración y mantenimiento de sus PN.