Numerosos autores provenientes de distintos campos disciplinares analizan los procesos de transformación que caracterizan a las sociedades desde finales del siglo XX, donde el avance de las tecnologías de la información y la comunicación ha resultado prevaleciente. Las formas emergentes de organización social se apoyan en el uso intensivo del conocimiento y de las variables culturales, tanto en las actividades productivas como en la participación social. En este contexto, las instancias a través de las cuales se producen y se distribuyen los conocimientos y los valores culturales –las instituciones educativas, los educadores, los intelectuales en generalocupan un lugar central en los conflictos y en las estrategias de intervención social. El papel de las universidades en tanto instituciones responsables de producir y distribuir conocimientos debe ser analizado, por consiguiente, en el marco de estas transformaciones globales.