La presencia de la hermandad de Dolores en la Catedral de Buenos Aires, la reviste de un carácter de representación social excepcional que trataremos de analizar en este trabajo, avanzando en el esclarecimiento de quienes integraban esta cofradía establecida en medio de los poderes centrales de la ciudad y de qué fines perseguían. Por otra parte nos proponemos poner a la vista de qué modo el culto y las obras de arte como objetos de ese culto cohesionaban un universo disímil ligado por una intencionalidad y una práctica comunes.