Un proceso de explotación de información puede definirse como un conjunto de tareas relacionadas lógicamente, que se ejecutan para extraer conocimiento no-trivial que reside de manera implícita en los datos disponibles en distintas fuentes de información. Una metodología de explotación de información permite gestionar la complejidad de estos procesos de manera uniforme. Entre estas metodologías, la comunidad científica considera probada a la metodología CRISP-DM. Resultados previos señalan la necesidad de abordar la estimación empírica de proyectos de explotación con base en proyectos realizados para pequeños y medianos emprendimientos. En este artículo, se introduce brevemente la metodología CRISP con énfasis en las tareas asociadas a sus subfases, se presentan resultados experimentales que muestran los porcentuales de tiempo que, sobre el total del proyecto, insumen las fases y las subfases metodológicas.