Las organizaciones que desarrollan software tienen sus propios procesos de desarrollo tailorizados de acuerdo a sus características organizacionales y de sus proyectos. Estos procesos guían y asesoran a los desarrolladores con el fin de producir software de calidad. Diversos modelos, estándares y normas1 han sido creados con el objetivo de asistir a las organizaciones en la definición y mejora de sus procesos. La premisa fundamental es ser capaces de determinar si las buenas prácticas definidas en el modelo, y los cambios que se han realizado sobre el mismo, efectivamente están especificados en los procesos de la organización.
El objetivo de este trabajo es contribuir a la definición de un metamodelo de procesos que permita determinar la adherencia de las prácticas definidas a nivel organizacional con respecto a los modelos de referencia, a través del desarrollo de una herramienta, permitiendo analizar el impacto ante cualquier cambio tanto del modelo de referencia como del proceso organizacional, utilizando la semántica SPEM representado con EPF.