La construcción de la realidad social desde los medios masivos de comunicación obliga a dilucidar qué intereses vitales intervienen para la producción de sus discursos, de los que se desprende la manifestación de la hegemonía. En contextos como la guerra contra el terrorismo encarada por Estados Unidos, bajo sus estructuras de inteligencia y reproducción ideológica, el accionar de Hamas, la intifada, la autodefensa de Hizbullah o los episodios violentos de rivalidades étnicas en el mapa de Afganistán que envuelve a los talibanes, constituyen reacciones tipificadas a priori como terroristas. Sin embargo, la utilización de ese discurso estigmatizante, que a modo de herramienta de dominación, los sindica como el enemigo global, parte de la necesidad de obtener la hegemonía en el plano ideológico de la lucha política. Estas reflexiones exponen con claridad, apuntaladas por fluida documentación, los mecanismos simbólicos que influyen en la edificación de relatos que legitimen y justifiquen las políticas estratégicas anglonorteamericanas desde las grandes cadenas de información, que en su función de principal vehículo público, imponen nociones de terrorismo islámico, sin que podamos comprender la naturaleza concreta de los conflictos en Medio Oriente.