Como otros artistas de su generación, Eduardo Favario se formó en un espacio modernizante, el taller del pintor Juan Grela. Hizo el tránsito casi obligado para un artista en los primeros '60 por las variantes del informalismo y del expresionismo abstracto. Posteriormente, indagó las posibilidades del arte de los objetos, del accionismo y de Jos ambientes hasta desembocaren las primeras formas de lo que luego se conoció como arte conceptual.
Al final del recorrido, también como otros compañeros de grupo, combinó la desmaterialización de la experiencia artística con tomas de posición éticas y políticas cada vez más radicales cuya condensación máxima fue Tucumán Arde: la muestra denuncia presentada inicialmente en Rosario y poco después en Buenos Aires, en noviembre de 1968.