György Ligeti, uno de los compositores fundamentales del siglo XX, dejó obras que son hitos insoslayables en la historia de la música occidental. Escritas en los fértiles años 50, instalan con maestría la textura y el timbre como puntos de partida para la imaginación de la música. Apparitions, Atmosphères, luego Lontano y otras, son -al mismo tiempo que un eslabón más de esa cadena que incluye necesariamente al Debussy de los Nocturnos y Preludios y al Schönberg de Farben- demostraciones de que la altura puntual, expresada en esa época por el serialismo en sus diversas prácticas, era apenas una de la posibilidades constructivas.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)