En el transcurso del mes de febrero de 1994, mientras realizábamos una nueva medición y recuento de las improntas negativas de la conocida Cueva de las Manos del río Pinturas, provincia de Santa Cruz tuvimos la oportunidad de localizar un alero con pinturas rupestres, en el mismo farallón donde se halla ubicada la referida cueva, pero a mayor altura, escondido en una retracción rocosa, configurando algo así como una "ceja" de la cueva.