La realidad de la industria del software de gestión, particularmente en nuestro país, impone la adopción de procesos ágiles de desarrollo para lograr competitividad. Reflejo de ello, a nivel internacional, es la creciente consolidación de la filosofía Agile, representada por los principios del Agile Manifiesto. El objetivo principal de un proceso ágil es minimizar la documentación de desarrollo, incluso al extremo de considerarla descartable, y solamente como vehículo de comprensión de problemas dentro del grupo de trabajo y de comunicación con los usuarios.
Otra característica de los procesos ágiles es que, atendiendo la importancia de la participación de los usuarios finales, suelen ser iterativos e incrementales. Un ejemplo de proceso ágil pero que confiere cierta importancia a la documentación de desarrollo es el denominado Iconix, formalizado por Rosemberg y Scott, que es iterativo e incremental y se basa en el UML (Unified Modeling Language).