El desarrollo y avance tecnológico exigen cada vez mayor preparación por parte de los hombres. Si las personas con algún impedimento tienen dificultades para acceder a recursos que satisfagan sus necesidades básicas, con el advenimiento y expansión de nuevas tecnologías, se les abre una laguna inconmensurable entre ellas y el mundo que les rodea.
Las discapacidades físicas siempre han sido un impedimento en un mundo diseñado por, y para personas “normales”. Las arquitecturas, no sólo las urbanas, sino que también las de distintos elementos cotidianos a los que se ve enfrentado una persona con capacidades especiales, no son la excepción. Los artefactos y utensilios cotidianos no están pensados para un uso universal sino que para una parte de la sociedad que lo compone.
Internet, como nuevo medio de comunicación y reunión virtual, no está al margen de estas críticas. Por medio de la red mundial no sólo podemos comunicarnos, sino también hacer infinidades de actividades que mejoran nuestra calidad de vida. Pero estos logros que parecen acercar y brindar nuevas posibilidades al mundo, han originado una nueva barrera para los discapacitados, en particular a los minusválidos visuales. Los individuos pertenecientes a este sector de la comunidad, se ven imposibilitados de aprovechar esta nueva herramienta informática, excluyéndolos cada vez más.