Las metodologías de desarrollo de software surgieron a raíz de la necesidad de controlar y documentar proyectos cada vez más complejos, impulsadas principalmente por instituciones económicamente importantes y con requisitos de seguridad y fiabilidad en sus sistemas sumamente estrictos, como el Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
Pero la evolución de estas metodologías, que sugieren o imponen a menudo varias actividades paralelas para cada fase del ciclo de vida de los sistemas y que asimismo pueden requerir más de un modelo para cada actividad, determinó que el costo y el esfuerzo requeridos en producir y mantener los documentos relativos al proceso de desarrollo crecieran considerablemente, a tal punto que hoy en día sólo instituciones muy grandes o que desarrollan sistemas muy complejos las adoptan y cumplen formalmente.