La dependencia y acoplamiento existente entre aspectos y clases generan un alto impacto cuando se modifica el dominio de una aplicación. Esta situación es propia de aplicaciones que usan aspectos implementados en lenguajes del estilo AspectJ. En estos casos el desarrollador se enfrenta a nuevos dilemas puesto que el comportamiento introducido por los aspectos se ejecuta o deja de ejecutarse sin haber modificado dichos aspectos. La mejor manera de resolver un problema es anticiparse, se convierte en un principio y estrategia que acuñamos para encontrar una posible solución al problema planteado. En este camino, este trabajo propone una solución empírica basada en la herramienta BaLaLu, cuya finalidad es anticipar las consecuencias que un cambio podrá tener en una aplicación que usa aspectos.