Nuestra comunicación reflexiona sobre la necesidad de re-pensar la Educación insistiendo en la importancia de la visualidad en nuestra sociedad postmoderna. Frente a Escuelas suicidas universalistas, transmisivas, ancladas en disciplinas cerradas y tradicionales, planteamos la necesidad de una Escuela abierta, globalizadota, en la que uno de los retos más acuiciantes y graves es poder ayudar a niños y jóvenes a construir su visión del mundo, su propia identidad personal. Un nuevo reto al educar, en el que es necesario que aprendan a aprender, porque el mundo, tras la caída lyotardiana de los metarrelatos, se ha hecho poliédrico y produce información a una velocidad y en unas cantidades inasumibles.
Planteamos los retos de ayudar a construir la propia identidad, y lo hacemos desde el campo de la Cultura Visual, de los Estudios Visuales. Lo visual es tan omnipresente que algunos autores incluso hablan de una sociedad postvisual (Hernández, 2004). Las viejas materias escolares como la Educación Plástica o la Historia del Arte se encuentran encerradas en planteamientos disciplinares anacrónicos y no solo porque el Arte ha evolucionado hasta hacer imposible fijar sus límites, sino porque loa expansión de lo visual en innumerables fenómenos exige nuevos modos de pensar las representaciones y la visualidad entera. Hoy las imágenes nos construyen, colaboran en la formación de nuestros imaginarios más íntimos. En una dialéctica compleja con la realidad, las imágenes construyen el mundo. En nuestra sociedad postindustrial, contribuir a que niños y adolescentes construyan su identidad personal, y adquieran un sentido de sí y del mundo, en libertad, con capacidad crítica y ética, es una tarea prioritaria.