La sociedad española está experimentando profundas transformaciones sociales y culturales, sobre todo en el último cuarto de siglo. Uno de los cambios más significativos que se han venido produciendo ha sido el proceso imparable de secularización y la aparición de un pluralismo moral que no admite imposiciones dogmáticas en el campo de los valores, ni de las normas morales individuales y sociales.
En esta nueva estructuración de la sociedad, el rescate de la laicidad se presenta como reto y también como ardua tarea puesto que todavía existen aires de visiones religiosas demasiado estrechas y totalitarias.