El proceso revolucionario ha planteado al sistema educativo el reto de elevar la cultura general integral de todos los cubanos. Para poder cumplir con esta máxima revolucionaria del gobierno, debe existir una transformación cualitativa y cuantitativa en los subsistemas de educación.
La Educación Técnica y Profesional (ETP) no está exenta de estas exigencias, cuyo objetivo fundamental consiste en la formación de técnicos con una elevada preparación cultural, poseedores de las cualidades de la personalidad que deben caracterizar a todo joven de nuestra sociedad(Modelo del profesional de la ETP). Este objetivo debe materializarse en nuestra labor cotidiana, desde el plan de estudio o el libro que elaboramos, hasta la calidad de las clases que impartimos en los politécnicos.
Se hace necesario de acuerdo a las exigencias sociales preparar al hombre para vivir en sociedad que depende cada día más de la ciencia y la técnica. Hay que preparar la mente del alumno, desarrollar su capacidad de juicio crítico y creador, lograr que llegue a conjugar los conocimientos, habilidades, y las capacidades a partir de un proceso creativo, capacitarlos para identificar los problemas y encontrar los principales principios técnicos que son necesarios para su solución, de modo que puedan adaptarse a las cambiantes condiciones de la vida, actualizar sus conocimientos y a través del aprendizaje lograr una mejor comprensión de los fenómenos sociales.