La ponencia reflexiona sobre la experiencia que tuve en noviembre de 2004 de formar a una docena de profesores de Formación Profesional en cuestiones relacionadas con las TIC, donde percibí un conflicto entre algunos profesores entre sí y entre dichos profesores y yo misma, que se retrotrae a la división radical entre las ciencias y las letras. Muchos de ellos parecían definirse del lado de las Ciencias, y a mí, en tanto que formada en Comunicación Audiovisual y perteneciente a una Facultad de Humanidades, me correspondía el lugar de las Letras.
Parece asumirse de forma generalizada que “la gente de ciencias” tiene una configuración mental incompatible con “la gente de letras”. Parece también otra verdad muy asumida que quienes trabajan en el ámbito de las letras no necesitan las TIC y por lo tanto permanecen al margen de todo cambio que pueda suceder en sus centros escolares, más allá de que utilicen una cuenta de correo electrónico.