En la actualidad nadie duda de que la violencia íntima es un problema social de gran envergadura, y que es necesario destinar más medios para erradicarlo, pero este fenómeno no es excluviso de las relaciones de pareja adultas. En este estudio, realizado con una nuestra de 572 adolescentes, se aprecia como de cara a solventar este problema es necesario fomentar la prevención en edades precoces: la violencia íntima está presente en un número significativo de chicos y chicas, y aunque la frecuencia de estos episodios tiende a ser baja, estos escenarios producen consecuencias muy negativas para el bienestar de estos jóvenes. Este trabajo concluye con una serie de recomendaciones útiles para elaborar programas preventivos con sujetos de estas edades.