En la zona norte del Golfo de San Matías –sudeste de la provincia de Río Negro-y sobre la franja marítima cercana a los puertos de San Antonio Oeste y Este respectivamente se desarrollaron sucesivas ocupaciones de grupos humanos, tal como lo atestiguan numerosos yacimientos de alta visibilidad arqueológica. Estos sitios, constituidos por restos de distintas clases de moluscos (gasteorópodos y bivalvos), material lítico, fragmentos de cáscara de huevo de ñandú, cerámica y huesos de mamíferos y aves, nos han proporcionado una generosa dispersión de material. Estas ocupaciones que tendrían una antigüedad de 4000 a 6000 años A.C., (Aguerre 1975; Borrero 2001) y que se prologaran hasta tiempos recientes, se manifestaron a través de la explotación estacional de diversos recursos costeros que dieron como resultado la formación de importantes depósitos arqueológicos.