La polémica generada a partir de la aprobación y promulgación de la Ley 26742 conocida como “Muerte digna”, no se hizo esperar y muchas voces se alzaron, tanto a favor como en contra. El abanico es muy amplio y abarca, desde quienes la rechazan de plano, hasta quienes la aceptan en su totalidad sin objeción alguna, pasado por posiciones intermedias que si bien no se oponen directamente, destacan los problemas políticos y jurídicos del virtual derecho del paciente a morir o “dejarse morir”. De manera que ante tanta diversidad, se vuelve imprescindible profundizar un debate que sin dudas, concierne a la salud pública en general.