El fenómeno deformatorio ha sido estudiado en forma tan intensa y extensa por José Imeblloni, que hoy resulta prácticamente imposible encarar un trabajo de esta naturaleza en nuestro país, sin hacer referencia a sus esquemas clasificatorios los que, si bien de rasgos aparentemente inamovibles y teñidos del acedrado y enfático espíritu de autoridad que siempre caracterizaron sus escritos, aún hoy conservan gran parte de su clásico valor instrumental. Muy probablemente hayan sido sus fuertes ataduras a un marco culturológico y difusionsita excesivamente rígido las que, con el paso del tiempo, opacaron la claridad de sus encuadres tipológicos. La prueba está en el hecho de que, en una línea de investigación que él consideraba promisoria y cuyo desarrollo estimuló en forma muy entusiasta, son muy escasos sino nulos, los escritos producidos por sus posibles continuadores, enriqueciendo el esquema original.