En Argentina y en América se desarrolló como industria familiar la fabricación de redes y de tejidos labrados en una sola aguja de madera o de espina; todos destinados a usos que la identifican con el tipo de vida nómade o seminómade.
La documentación de terreno de Erland Nordenskiold, Eric v. Rossen, R. Karsten y más modernamente Enrique Palavecino, entre otros, han contribuido a aclarar en gran parte la probable procedencia de esa gran familia y algunas faces de sus contextos patrimoniales de que son aún poseedores.