A comienzos de 1941, durante mi estadía en la Pampa Grande, tuve oportunidad de visitar la notable “gruta pintada de Cara-huasi” cuyas magníficas pictografías diera a conocer Ambrosetti en 1895.
Por aquel entonces, quejábase el viejo maestro de la destrucción sistemática de que son objeto monumentos de esta índole: Cara-huasi tenía destruidas ya buena parte de las pinturas; otros dos yacimientos próximos estaban casi totalmente destruidos. La notable gruta presenta hoy un aspecto desconsolador. Las principales figuras han sido destrozadas con evidente propósito de cortarlas y robarlas; un poeta cursi ha embadurnado el laugr con unos versos detestables. En la actualidad, el yacimiento se encuentra dentro de la estancia Pampa Grande cuyos propietarios han tomado medidas eficaces a fin de conservar lo poco que resta de aquella famosa pictografía