Antes de contestar las críticas de mis comentaristas quiero expresar la alegría y el orgullo que me han provocado sus trabajos. Ver que colegas a quienes respeto y admiro tanto se han dedicado a evaluar el valor y peso de mis argumentos, me ha ayudado a dar forma a nuevas ideas y a reconsiderar otras persistentes en mi enfoque de la situación de la antropología. Siento la responsabilidad de estar a la altura de su esfuerzo y dedicación, y la curiosidad y excitación de prefigurar qué opinarán luego de leer esta réplica. Gracias, pues, a los comentaristas y a los responsables editoriales de Relaciones.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)