El libro de crítica especializada que compila Dianna Niebylski sobre la obra del escritor argentino Sergio Chejfec, insiste en la experiencia del cuerpo, del afecto y de la historia (la “exterior”, la familiar) como posibilidad de una práctica estética en tanto proyecto de escritura y de configuración de la subjetividad. Y al decir de Jacques Rancière, dicho modo de producción supone una puesta en escena de la palabra o los mecanismos por establecer efectos de visibilidad. Tal como leemos con frecuencia en los críticos, una suerte de lugares o planteos coincidentes articulan la poética de Chejfec en torno de la carencia (como imposibilidad de manifestar el sentimiento, como en El aire o en Boca de lobo, el vacío en la muerte, la pérdida —como en Los planetas— o el abandono), la búsqueda por inscribir la letra heredada o el acta onomástica del nombre del padre para restituir desde el pasado, el sentido del presente (Lenta biografía)