Mi intención era hacer una especie de arqueología de las cuestiones que durante el siglo XX se tornaron dominantes en la modernidad‐mundo. Por ejemplo, la relación entre cultura y mercado (especialmente la novela por entregas y la fotografía), la transformación del concepto de lujo hacia el de consumo, y cómo las nociones de espacio y tiempo eran redefinidas. Este último aspecto, particularmente en lo que se refiere al espacio, vino a orientar mis reflexiones acerca de la contemporaneidad. Al final, los cambios recientes se fundamentaban en una concepción espacial en la cual las raíces nacionales y regionales son completamente remodeladas.