Estamos ante un libro polémico, sugerente y pretencioso. Es una investigación que trata sobre esa categoría del espacio borgeano de los animales que están “incluidos en esta clasificación”, un ejercicio que tiene por objeto el razonamiento que quiere fundamentar, y que rompe con el pacto realista de la ilusión novelesca al introducir su propio movimiento en la escritura. Exhuma lo que es descartado, olvidado, según su diagnóstico, de los debates sociológicos sobre las condiciones de posibilidad de la argumentación, en una ciencia que por definición es no‐experimental, histórica y cuyos conocimientos nunca pueden ser abstraídos completamente de los contextos en los que fue producido.