La obra rescata, y este es su aporte más valedero, que la polisemia de los conceptos neutralidad y autonomía procede de la diversidad de enfoques teóricos para definirlos, de manera que, concebidos tanto en términos negativos (definición a partir de opuestos) como positivamente (incrementar sus propias potencialidades), están atravesados por el hecho de que la neutralidad y la autonomía se han definido en sus orígenes como conceptos esencialmente políticos.