Enrique Díez-Canedo y Alfonso Reyes se conocieron en 1914, cuando el mexicano abandonó Francia, que había entrado en guerra, y se trasladó a Madrid. A partir de allí, iniciaron una estrecha relación hasta los últimos días de vida del español. Durante todo ese período, Díez-Canedo y Reyes intercambiaron numerosas cartas, las cuales permitieron el contacto entre ambos a pesar de los constantes movimientos geográficos que requerían sus respectivas funciones públicas. El libro aquí reseñado recopila un total de 121 cartas, incluidas postales y algunos telegramas, de las cuales más de ochenta son escritas por Díez-Canedo a Reyes, y menos de cuarenta de Reyes a Díez-Canedo. Los lugares desde donde son enviadas varían: muchas escritas desde Madrid y algunas desde Francia; otras desde Río de Janeiro, Montevideo o Buenos Aires, donde ambos se desempeñaron como embajadores. Las últimas cartas hacen referencia al período que compartieron en México, cuando Reyes presidía allí la Casa de España y Díez-Canedo impartía clases y conferencias durante sus últimos años de vida, gracias a la invitación de su amigo.