Particularmente en Argentina, y a nivel social, el sistema tradicional de votación es concebido como un símbolo de transparencia y veracidad del escrutinio.
En este sentido, los sistemas que no utilizan la boleta electoral eliminan una parte de la legitimidad del proceso y su fundamento social.
Por este motivo, se propone el diseño e implementación de un sistema de votación mediante boleta única, que permita automatizar una gran parte del proceso electoral como signo de modernidad y seguridad, respondiendo al reto tecnológico y manteniendo, a su vez, la boleta como único soporte formal y real para comprobación de resultados electorales.