Para las condiciones edafo-climáticas de la región pampeana, las pasturas cuyo principal componente son las gramíneas perennes permitirían alcanzar producciones anuales de forraje del orden de las 12-15 t/ha en forma sostenida a lo largo de los años. La utilización de leguminosas perennes como alfalfa, ya sea en pasturas puras o consociadas, permitiría superar ese valor. Sin embargo, el uso ineficiente de los recursos ambientales (básicamente radiación solar, temperatura, agua y nutrientes) disminuye dichas tasas de crecimiento. Entre las principales causas de las limitaciones observadas en el techo productivo de los recursos forrajeros se destacan las deficiencias nutricionales.
En este sentido, si bien la mayoría de los productores ganaderos reconocen el efecto positivo de la fertilización sobre la producción de las pasturas (Cástino, 2007), se desconocen aspectos básicos del estado nutricional de los recursos forrajeros y su impacto sobre la sustentabilidad de los sistemas productivos.
Por consiguiente, suelen establecerse relaciones costo/beneficio parciales e inexactas. Por lo tanto, a diferencia de otras regiones ganaderas templadas del mundo donde el uso excesivo de fertilizantes ha ocasionado serios perjuicios ambientales (Goulding, 2007), en nuestro país la incorporación de nutrientes es una práctica que no alcanza a satisfacer los requerimientos de los recursos forrajeros.
En este artículo se presentarán conceptos generales referidos a: 1) los requerimientos nutricionales de las pasturas, 2) el/los impacto/s de deficiencias nutricionales sobre la producción de forraje, 3) la variabilidad espacial y temporal en la oferta ambiental de nutrientes para el crecimiento de las pasturas y 4) alternativas de manejo para mejorar el estado nutricional de los recursos forrajeros con alto impacto productivo.