La energía siempre ha desempeñado un rol fundamental en el desarrollo humano y económico y en el bienestar de las sociedades. Sin el calor y la electricidad producidos por la quema de combustibles, la actividad económica sería limitada y restringida. La sociedad moderna usa cada vez más energía para la generación de electricidad, el transporte, la industria y el consumo doméstico.